Cuando
un usuario quiere dar de alta la electricidad en la vivienda o cambiarse a otra
compañía, las dudas que se le plantean son numerosas: ¿qué potencia contratar?, ¿qué tarifa es mejor?, ¿cuál es más barata?, ¿compensa optar por la discriminación
horaria?, ¿qué es el bono social?.
Las prestaciones elegidas deben adaptarse al
consumo y a los horarios del cliente, que puede ahorrar bastante dinero cada
año, en función de los parámetros que seleccione.
1.
Elegir la potencia
Para
conocer la potencia que se debe pedir a la compañía eléctrica, se tiene en
cuenta el número de electrodomésticos y el consumo de luz que se hace en la
vivienda. Los clientes abonan una cantidad fija cada mes en función de la
potencia que tengan contratada, por lo que es importante no tener demasiados
kilovatios si no se utilizan, ya que se pagaría de más. Para calcular un valor
estimado, se puede tener en cuenta lo siguiente:
Quienes
ya tengan dada de alta la luz en su vivienda, pero quieran cambiarse a otra
compañía, pueden saber la potencia que tienen contratada de dos formas:
- Mirar en la factura el término "potencia", expresado en kW.
- Estimar el gasto anual. Si este es constante y llega de forma mensual, para conocerlo, hay que multiplicar por 12 el consumo de la última factura, expresado en kWh.
Las personas que no tengan aún un contrato y, por tanto, no dispongan de los datos anteriores tienen también la posibilidad de hacer una estimación para saber la potencia que necesitan:
Consumo
eléctrico moderado:
Sería
el de una vivienda con los electrodomésticos más habituales (lavadora,
lavavajillas, televisor, frigorífico) y que tuviera cocina eléctrica. Bastaría,
en este caso, con contratar 3,3 kW de potencia, con un consumo estimado de
3.000 kWh/año.
Consumo
eléctrico intensivo:
Es
el que correspondería a un hogar que además de los anteriores electrodomésticos
y cocina vitrocerámica utilizara de forma habitual el aire acondicionado o la
bomba de calor. La potencia más recomendable para este usuario sería 5,5 kW,
con un consumo de 5.000 kWh/año.
En
el caso de que la vivienda tenga radiadores eléctricos u otro tipo de
electrodomésticos que generen mayor gasto, la potencia debe ser mayor y puede
superar incluso los 10kW.
2.
Discriminación horaria
Tras
decidir la potencia que contratará, el usuario tiene otra elección pendiente:
escoger o no una tarifa con discriminación horaria, que sustituye a la antigua
tarifa nocturna.
En
este caso, desde las 22:00 horas hasta las 12:00 de la mañana (entre las 23:00
y las 13:00 horas en verano), el consumo eléctrico costaría bastante menos y
sería más caro durante el resto del día.
Los
clientes abonan una cantidad fija cada mes en función de la potencia que tengan
contratada
A
las personas que realicen las tareas domésticas por la noche y hasta el
mediodía, les compensa esta tarifa. Poner una lavadora, cocinar, usar la
secadora o el lavavajillas dentro del horario establecido es mucho más
económico.
3.
Cuánto cuesta cada potencia y tarifa
El
gasto estimado para cada una de las potencias contratadas sería el siguiente:
Potencia
3,30 kW y consumo anual de 3.000 kWh sin discriminación horaria:
El
usuario pagaría unos 614 euros al año. Por el término de potencia, 68,09 euros;
por el consumo de electricidad, 427 euros; y por el impuesto sobre
electricidad, 25,31 euros. La misma potencia con discriminación horaria
supondría un ahorro de 158 euros al año. El gasto con esta tarifa sería de
455,71 euros anuales, de los cuales 68,09 corresponden al término de potencia,
299,32 al consumo y 18,78 a los impuestos sobre electricidad.
Potencia
5,50 kW y consumo anual de 5.000 kWh sin discriminación horaria:
El
cliente abonaría 1.023,37 euros al año. En este caso, el término de potencia es
de 113,48 euros, 711,60 corresponden al consumo y 42,18 al impuesto de
electricidad. Si se contrata con discriminación horaria, pagaría 759,51 euros,
113,48 del término de potencia, 498,86 del consumo y 31,31 del impuesto de
electricidad. El ahorro sería de 246 euros al año.
A
todos estos importes hay que sumarles un 18% de IVA.
4.
Qué es la Tarifa de Último Recurso
La
Tarifa de Último Recurso (TUR) es la que fija el Ministerio de Industria a un
precio regulado que establece este departamento. Todos los consumidores que
tengan contratada una potencia igual o inferior a 10 kW -la mayoría de los
ciudadanos- pueden acogerse a ella, aunque no todas las empresas la comercializan.
5.
Quién puede acogerse al bono social
El
bono social es un mecanismo de protección a los colectivos vulnerables, que
consiste en la congelación de la tarifa vigente el 1 de julio de 2009.
La
tarifa con discriminación horaria permite ahorrar unos 246 euros al año
Los
clientes que tengan contratada una potencia inferior a 3 Kw en su vivienda
habitual tendrán esta tarifa sin necesidad de solicitarla. Además, las personas
con más de 60 años que perciban una pensión mínima por viudedad, incapacidad
permanente o jubilación, así como las familias numerosas o con todos sus
miembros en situación de desempleo podrán acogerse al bono social si lo
solicitan antes y acreditan su situación de beneficiario. En todos los casos,
es necesario tener la Tarifa de Último Recurso.
Para
una potencia de 3 kW, con el bono social, el abonado pagaría 478,28 euros
anuales sin discriminación horaria: 65 del término de potencia, 320,57 del
consumo, 19,71 del impuesto sobre electricidad. El ahorro sería de 136 euros
anuales respecto a la tarifa normal con la misma potencia.
Si
tuviera discriminación horaria, pagaría 334,95 euros: 65,04 de la potencia, 253
del consumo y 16,29 del impuesto. El abonado gastaría 120,71 euros menos que
con la tarifa de discriminación horaria normal.
6.
Quién puede beneficiarse de la tarifa social
Con
la tarifa social, el cliente no paga el término fijo de potencia, sino solo lo
que consume. Para ello, es necesario tener menos de 3 kW contratados, haber
instalado un interruptor de control de potencia -si no, la distribuidora lo
instalará en un mes- y que sea la vivienda habitual del titular.
Según
informan desde la Comisión Nacional de la Energía, un consumidor que tenga
contratados 2,3 kW, con la tarifa social ahorraría 4,55 euros al mes, unos 55
anuales. Y si el titular tiene una potencia que supera la marcada, 3,5 kW, y la
reduce a 2,3 kW y solicita así la tarifa social, ahorraría 6,87 euros
mensuales, lo que se traduce en 82 euros al año.
Fuente: Consumer.es
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